Por: Juan David Garzón – @juandescribe
La visualizas, la analizas, la sueñas, la miras una y otra vez, guardas el enlace, buscas en Google más información, piensas que no eres lo suficientemente bueno, luego imaginas escenarios en ese país dónde el protagonista eres tú y al final, decides postular. Nos ha pasado a todos, es el ciclo natural. Si existiera un manual de éxito para aplicar a una beca fuera del país (no sé si existe), lo que acabo de describir estaría en el capítulo: salir de tu zona de confort. Este suele ser el inicio de un proceso que definitivamente será un punto de quiebre, pues del aeropuerto sale una persona, y luego de una beca regresa otra completamente diferente. (15 razones para postular a una beca)
Tal vez entre mis trabajos y aplicaciones a becas he pasado más tiempo que el que le he dedicado a Netflix. Y no exagero. Ya he perdido la cuenta de la cantidad de veces que he visto cómo mi perfil encaja en las condiciones de una buena oportunidad fuera del país y he aplicado inmediatamente. (Lo que nadie te dice sobre postular a la beca de tus sueños)
Hace dos años inscribí a mi primera beca. No tenía idea cómo lo iba a lograr, pero venía preparándome para, llegado el momento, tener todos los argumentos y que no me dijeran que no. Fueron seis meses de pruebas y filtros desde el momento que llené los formatos de inscripción y al final, pude viajar a Europa completamente becado (un poco de suerte de principiante, que todos podemos tener). Lo curioso, más allá de las mil historias que me pasaron en esos seis meses del proceso para ser becario, es que me di cuenta de que por este lado somos tímidos al aplicar oportunidades fuera del país. Mis compañeros, ya tenían tres o cuatro experiencias pasadas por todo el mundo. (Las razones por las que no tendrás una carrera exitosa)
Aprendí lo que no sabía que podía aprender, y lo mejor pasó fuera de los salones de clase. Mirar las cosas como un visitante, donde nada te pertenece y pretendes pertenecer, es la experiencia más edificadora que pude vivir. Al aeropuerto de mi ciudad llegó una persona que con los días, me preguntaba yo mismo quién era, pero me encantaba.
Hace un año, tuve mi segunda beca, ahora en Estados Unidos, luego de otro proceso completamente diferente, pero igual de interesante. Similar historia, gente absolutamente brillante que dejó profundas enseñanzas en mi nuevo yo.
Ver, leer y releer, antes de aplicar, es una gran forma de encontrar el factor X que está buscando la institución que brinda la oportunidad. Pero te voy a dar la clave en una frase, la frase mejor guardada por todos los que alguna vez se han ganado las becas más geniales de todo el mundo y que no les gusta compartir: NO, NO TIENES LA BECA.
Ahora, tienes un NO menos que recibir, uno menos en la bolsa. Desde ya tienes espacio suficiente para un SÍ.
Foto: Juan David, en el centro con bufanda de rayas, visita una zona de food trucks en San Francisco con dos de sus compañeros becarios.
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