Marzo 28 de 2010
Por: Carmen Sanjuan
Por: Carmen Sanjuan
Salí del aeropuerto de Barranquilla a eso de las 9:30 pm. Muchas lágrimas corrieron por mis ojos, sin embargo sentía alegría de saber lo que venía para mi. Llegué a Bogotá a las 11:15 de la noche y allí comenzaron a salir los ángeles de Dios. Se me acercó un señor preguntándome si necesitaba algo. Le comenté que iba hacia Los Ángeles. Él me explicó hacia donde debía seguir, me indicó la caja de cambio a la que debía llegar y luego la dirección de emigración.
Llegué al DAS e hice lo de rutina, gracias a Dios todo salió muy bien. Ahora estoy en la sala 9 del Aeropuerto El Dorado a la 1:00 am. Mi enorme maleta de mano hace un ruido enorme!!! Me río al ver que todas las demás hacen su función en total silencio, menos la mía, Diosss!!!! Ahí va la costeña, cómo se nota. Jajajajaja. Espero aquí pacientemente y confiada en Dios Todopoderoso en que todo sera perfecto. Ya voy a abordar!!!!
—
—
Ya estoy en Los Ángeles. Trato de conectarme a Internet pero no se como hacerlo! Qué desespero!!!!! Estoy en la sala 83 del LAX International Airport. Mi vuelo BOG-LAX estuvo tranquilo, aunque mi compañera de puesto no pronunció palabra. Al llegar estaba algo temerosa por el tamaño de mis “maleticas”, sin embargo, Dios me ayudó colocándome un ángel en el camino. Un chico de Avianca me ayudó a montarlas al carrito portamaleta. Todo fue sencillo. Pasé por aduana e inmigración sin problema. Luego tomé un shuttle hacia la terminal 7, que era la que me tocaba. Y, aquí estoy: tranquila y con Fe en Dios siempre.
…
Mis trayectos LAX SFO y SFO EUG (Eugene mi destino final) no tuvieron altercados gracias a Dios. CONSEJO: Ojo con el tamaño de las maletas! Se los digo porque en el último trayecto el avión era pequeño, tanto que la auxiliar me bajó la maleta de mano por sala. Sí, esa maleta dónde iba mi “pequeño” vestido de cumbia….
Al llegar a Eugene, una hermosa señora de cabellos totalmente blancos tenía un cartelito amarillo que decía “Carmen, Welcome!» Era mi ‘host mommy’. Patricia, estaba esperándome!!! Me acompañó a buscar mi equipaje y bueno… salió la primera maleta… La maaaaaás grande, Dios! Pesó 45kg y pagué US100 de sobrepeso! La otra pesaba 27 kilos, me la pasaron de cortesía jaja…
Y la segunda maleta… a dónde! No llegó! Mi cara estaba tan, pero tan, desencajada que Patricia me dijo “no te preocupes… llegará hoy o mañana” Basándome en mi experiencia en el aeropuerto, esa esperanza la veía remota… estaba muy triste…. Ahí tenía todos mis zapatos, mis medicinas, mis libros, diccionarios y mis papeles de la Fulbright! Estaba totalmente asustada por eso.
Al llegar a casa todo comenzó a marchar… Le pedí a Dios que me permitiera convivir muy bien con todas las personas de la casa… vivo con una chilena y un japonés… Pamela y Daitchi.
Tomamos la cena y para terminar un postre… delicioso! La cosa comenzó a marchar mejor de lo que pensaba!!! Hablamos un poco de todo lo que nos había pasado sin embargo yo tenía mi preocupación de mi maleta… Luego me fui al cuarto, organicé todo lo que había en la primera maleta, casi no me cabe todo en el cuarto! Dios mío pero bueno… finalmente pude.
Veremos qué pasará mañana. Sólo le pido a Dios que me guíe en todos los caminos… Amén.
Etiquetas: Experiencia beca Fulbright—
Notas relacionadas
Diario de una Fulbright – Día 2